martes, 16 de abril de 2013

CARLOS VERONA CORRERA FLECHA Y LIEJA CON SOLO 20 AÑOS


Apoyado contra el coche de equipo trataba de reponerse del intenso final de la tercera etapa de la Vuelta al País Vasco. Aún con el sudor incrustado en su frente, como un hilo de sal ardiente, con el corazón bajando lentamente de pulsaciones que con fuerza retumbaba aún en su pecho. El botellín que sostenía en una mano era su alivio más inmediato. En ese momento, le pasaron un teléfono. Al otro lado de la línea hablaba Davide Bramati, uno de los directores del Omega Pharma- Quick Step: “¿Carlos, cómo vas chico?”. No le daría tiempo a responder. “¿Estás en condiciones de correr Flecha y ‘la Decana’? Contamos contigo”. Los ojos de Carlos Verona multiplicaron su tamaño. Estaba seleccionado para correr dos de las citas más importantes del equipo: Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja. Bélgica en estado puro. Cita con la historia.

Carlos quiere restar importancia a esta importante toma de responsabilidad: “La verdad es que la noticia no me pilló de sorpresa del todo, puesto que sabía que mi programa después de mi inclusión en País Vasco de última hora iba a experimentar algún cambio más”, aunque, instantes después, aterriza: “la verdad es que debutar con 20 años en dos de las clásicas más importantes del mundo, no me lo podía imaginar ni en mis mejores sueños, y ahora es casi una realidad”, acierta a explicar.

El joven corredor está feliz de poder correr con Omega y quiere corresponder, aunque sabe que el peso lo llevarán otros. Su misión seguirá siendo “la del papel y boli”: “El hecho de que el equipo cuente conmigo para dos carreras tan importantes como son Flecha y Lieja es de agradecer y para valorar. Son conscientes de mi juventud, y de que la experiencia que coja hoy nos servirá mañana, o al menos así lo veo yo. Además hasta el momento creo que todo va por el buen camino y el hecho de correr estas dos carreras es un aliciente más para continuar trabajando duro, con ganas y sobre todo para seguir creciendo como corredor”, comenta con su habitual templanza.

Respecto a su función en carrera, Verona lo tiene claro:” En primer lugar, ayudar al equipo a intentar conseguir unos buenos resultados. Kwiatwoski fue cuarto en la Amstel y esto nos da moral para las próximas carreras, mientras que por otro lado la otra misión será coger experiencia de cara al futuro”.

Para ello, Carlos no sólo llega bien de forma, también ha trabajado el plano estratégico, ha recogido buenos consejos: “los veteranos me comentan que este tipo de carreras son 40% fuerza y 60% colocación y experiencia”. Dichos factores le hacen sacar cuentas: “si tengo la suerte de correr Flecha y Lieja durante los próximos 20 años... En el 2033 gano seguro sólo por ese 60% de experiencia”, comenta entre risas.

Experiencia o no, colocación o hipotético despiste, Carlos Verona lo experimentará en persona. Ha sido convocado a dos de las citas más representativas del calendario belga en el seno de uno de los equipos más importantes de ese país. Cualquier corredor belga pagaría por estar ahí. Carlos lo ha conseguido sin hacer ruido. Tan sólo haciendo bien su trabajo. Y sin dejar de lado sus inseparables ganas de aprender. La hora de conocer los muros se acerca, pedaleará donde lo han hecho los más grandes, experimentará en primera persona el griterío ensordecedor de la incansable afición belga. Será una tormenta de sensaciones difíciles de olvidar, luego ya vendrá la calma: “Si todo va bien, después de Flecha y Lieja, habré sumado un total de 29 días de competición desde comienzos de febrero. (Mallorca, Langkawi, Cataluña y País Vasco). Creo que será un buen momento para hacer un pequeño parón de cara a la segunda parte del año”, finaliza.

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