Queridas Abejas Rápidas:
Os cuento, aunque todos estáis al tanto, que estoy en casa desde el lunes pasado recuperándome. La cosa va lenta que diría una tortuga, pero va. Hay días que me dan ganas de romper el espejo a patadas porque parece que sigo igual que el día anterior y hay otros que se me dibuja una sonrisa ladeada casi sin proponérmelo solamente porque intuyo que la hinchazón ha bajado un poco y el moratón parece más pequeño. La cicatriz, enorme, en zig zag y ya sin grapas empieza a esconderse entre mis maravillosas canas (:-)
Muchas veces las desgracias sirven para aprender o para que nos demos cuenta de algo. Y esta vez no es una excepción. La verdad es que yo ya intuía que estabais ahí para lo que necesitara pero es igual de gratificante para el espíritu tener la oportunidad, aunque sea con placas de titanio en el pómulo de por medio, de disfrutarlo.
Pr eso quiero dar las gracias a mis compis del BEE FAST, sobre todo, y a los otros bikers zumbadores que no han dejado de llamarme y visitarme en un momento como este. Ya sé que está de más porque lo hacéis de corazón pero, de todas maneras, el cuerpo me pide mandar un abrazo blogero a los que, en bici o a pie, son, de verdad, mis amigas y amigos.
Ricardo.
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